La pérdida de un ser querido es un acontecimiento de profundo
impacto emocional común a todos/as, es una realidad inevitable que todas las
personas hemos de afrontar en algún momento de nuestras vidas. Ahora bien,
cuando hablamos de duelo, nos referimos a la reacción o respuesta ante una
pérdida, a la experiencia emocional que se manifiesta a través de pensamientos,
sentimientos y conductas ritualizadas, en las que la cultura y la dinámica del
entorno social funcionará como apoyo, haciendo posible la expresión de la pena
y la congoja, la evocación de recuerdos, la recapitulación y la reconciliación
con la persona fallecida y/o con el hecho de su fallecimiento.
Si bien ésta es una
experiencia ineludible, es sabido que hablar sobre la muerte y el morir es un
tema esquivo y resistido debido al malestar que provoca
subjetivamente el sólo plantearlo. Ante este mutismo frente a la muerte y al
morir, muchas personas pueden no entender esa compleja mezcla de emociones,
significados y simbolismos que acompañan a una pérdida, viviéndolas como algo
extraño y antinatural, dudando de la propia fortaleza y entereza personal para
afrontar y salir airosa/o de esta circunstancia tan vital, evidenciándose una
forma particular de enterderla y expresarla.
La muerte de una
persona afectivamente cercana, supone un desafío en nuestra adaptación
emocional y social como así también, supone la aceptación de la nueva realidad. El
impacto emocional es importante, en un principio las reacciones suelen darse
entremezcladas: el llanto, la desorientación, la apatía expandida, las
resistencias y la re-negación a aceptar una nueva realidad son una respuesta natural
y esperable frente al epílogo no deseado de un vínculo afectivo cercano. Con el
paso del tiempo, es esperable que esta intensidad emocional y sentimental vaya
decreciendo, espaciando la frecuencia de manifestación sintomática del llanto,
los miedos e inseguridades, sentimiento de culpa o rencor, entre otras, para
dar paso a un proceso de duelo capaz de buscar una nueva narrativa en la que la
aceptación y la renovación personal sea posible en coherencia con una nueva
realidad a construir y a transformar.
En lo que respecta a la
adolescencia y a los/las jovenes, es sabido por todos que ésta puede ser una
etapa de transición compleja, ya no son los/las niños/as que solían ser pero
tampoco son adultos/as, su mundo emocional, psicológico y físico se encuentra
en cambio permanente, generando estados de inestabilidad propios en estas
edades. En este sentido, la muerte de un ser querido puede ser una experiencia
desestabilizadora para quien atraviesa una adolescencia y juventud de seguro,
cargada de presiones y condicionamientos sociales, psicológicos, físicos y
también, de expectativas de rendimiento académico. Sus reacciones frente a la pérdida de un ser
querido pueden ser diversas y de variada intensidad. Es muy frecuente y
esperable que, de cara a la sociedad (ámbito familiar, escolar y amigas/os),
aparenten tener bajo control la situación para mantener el mismo status quo de
siempre, “como si nada hubiera pasado”, probablemente para evitar lo doloroso
que puede ser hablar sobre su pérdida y, a la vez dar una imagen de fortaleza
frente a la desdicha. También es esperable que, a la hora de expresar sus
emociones (tristeza, angustia, pena, etc.), se sientan más cómodos/a expresándolas a
solas, en privado o en un entorno seguro y de confianza como puede ser su
entorno familiar, y eventualmente, con amigos/as íntimos/as y/o en la consulta
del/la especialista.
Un grupo de apoyo al
duelo es un espacio de ayuda, acompañamiento y asistencia psicológica dirigido a
aquellas personas que esten cursando un
proceso de duelo. En el caso específico de los/las adolescentes y jóvenes, el apoyo mutuo del grupo
es una de las maneras más favorables que tiene la/el adolescente para resolver
lo más saludablemente posible su proceso de duelo. El objetivo principal es favorecer
la expresión emocional del dolor por su pérdida junto a otras/os adolescentes
en circunstancias vitales similares, en un entorno de confianza, sin prejuicios
ni condicionamientos, además de propiciar nuevas amistades basadas en el
respeto mutuo y el afecto, las que darán un nuevo y constructivo sentido a su
actualidad emocional.
Grupos de apoyo al
duelo y de crecimiento personal en Sabadell, Terrassa y Cerdanyola del Valles.
Para más información y
consultas:
Silvia Staps 619312995 (whatsapp) ó Pilar Viciana 685432099 (whatsapp)
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grupdedol17@gmail.com
https://www.facebook.com/grupdedol/
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