Identidad ocupacional: qué hacer y quién ser.
La definición del futuro para un adolescente/joven no sólo es definir qué hacer sino fundamentalmente, concretar quién ser y al mismo tiempo, quién no ser. Los grandes cambios que se experimentan en estas edades son continuos, amplios y definitorios que los someten a una crisis incesante. Lo sorprendente es que, en medio de este panorama, el adolescente/joven, pueda realizar tareas tan imporatantes como las que debe llevar a cabo: definir su ideológia, su ética, su identidad sexual y su identidad ocupacional. Por ello la adolescencia es un período de crisis, transición, adaptación y ajuste. En el tránsito de la infancia a la adultez, el individuo ha de encontrar sus propios modos de adaptarse en áreas y niveles diversos, proceso éste no sin dificultades u obstáculos cuyas magnitudes condicionarán una adolescencia más o menos conflictiva, más o menos tensa. Una de las áreas en las que ese ajuste y adaptación que habrá de realizarse es en el estudio y el trabajo, entendidos como medio y forma de acceder a roles sociales adultos. Cuando ese ajuste se realiza en el plano psicológico, es cuando el sujeto ha alcanzado su identidad ocupacional.
La identidad ocupacional es considerada no como algo dado sino como un momento de un proceso que se halla condicionado a las mismas leyes y dificultades que aquel que se orienta al logro de la identidad personal. Por lo tanto la identidad ocupacional es un aspecto de la identidad personal del sujeto lo cual lleva a entenderse como un continuo de interacción entre factores internos y externos a la persona.
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