Es sabido por tod@s que esconder y reprimir lo que sentimos , además de infructuoso, es poco sano para el equilibrio de nuestra salud mental. Por eso, expresar las emociones, no sólo favorece a su catarsis (palabra que deriva del griego kátharsis, y significa descarga, purga o purificación), y a la expresión de nuestro sentir, por ejemplo, expresarlas a través del arte. También se trata de hacerlas conscientes para poder desanudar consciente y oportunamente , se trata de expresarlas libremente, cuando tú elijas y cuando tú desees/necesites/puedas hacerlo. La técnica más adecuada y más utilizada para esta acción de higiene mental , es la escritura terapéutica . La palabra escrita se presenta como una herramienta privilegiada para descargar, aliviar y desbloquear nuestro mundo interior, muchas veces, caótico, desorganizado e inflamado de malestar psíquico. El objetivo , además de calmar y aliviar , es escribir para aprender de nosotras/os mismas/os, para cono...
Aristóteles consideró a la escritura, en especial a la tragedia , como una manera de calmar el dolor excesivo, buscando el desahogo para encontrar la paz. Incluso hablaba de la escritura como un símil de un proceso de purificación gracias al cual, el cuerpo podía eliminar los elementos perjudiciales y nocivos para su alma. En efecto, n uestro universo mental suele expresarse en un lenguaje espontáneo, inmediato, instantáneo, pero a menudo caótico, desordenado y contradictorio, como pensamientos espiralados que nunca llegan a buen puerto. Al hilo de estas consideraciones aristotélicas, l a palabra escrita permite aliviar nuestra mente de todo aquello que le puede desbordar: las pasiones y las emociones desenfrenadas, los sentimientos intensos, amor y odio, rencor y resentimiento, plenitud y euforia, también, la tensión interior por tener decisiones pendientes o postergadas, problemas por resolver... En este sentido, la palabra escrita posee un valor agre...